Cuando se trata de hacer las maletas y lanzarse a descubrir el mundo, hay un país que, año tras año, lidera los rankings como el destino turístico por excelencia. No, no es Estados Unidos ni Tailandia. El país con más turismo del mundo es... ¡Francia!
Según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Francia ha sido durante décadas el país que más visitantes internacionales recibe cada año. En cifras prepandemia (2019), más de 89 millones de turistas extranjeros pusieron un pie en suelo francés. Incluso en los años posteriores, pese al impacto del COVID-19, Francia ha mantenido su posición entre los primeros puestos, disputándoselo con España y Estados Unidos.
¿Pero qué tiene Francia que la hace tan irresistible?
Una mezcla irresistible: cultura, historia, arte y queso
Francia no es solo la Torre Eiffel o el glamour de París. Es un mosaico fascinante de regiones, paisajes y tradiciones. Desde los acantilados de Normandía hasta las playas azules de la Riviera Francesa, pasando por los castillos del Loira, los viñedos de Burdeos, los Alpes nevados y los campos de lavanda de la Provenza.
Además, cuenta con más de 40 sitios declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO, una gastronomía reconocida como patrimonio inmaterial de la humanidad, y una historia que ha influido en el arte, la política y la filosofía occidental.
La capital, París, es una atracción en sí misma. Con su mezcla de elegancia, arte y romance, es la ciudad más visitada del mundo. Solo el Museo del Louvre recibe más de 7 millones de visitantes al año, convirtiéndose en el museo más visitado del planeta.
No solo París: turismo para todos los gustos
Lo interesante es que el turismo en Francia no se concentra solo en su capital. El país ha sabido diversificar su oferta:
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Turismo de naturaleza: con sus parques nacionales, senderos rurales y estaciones de esquí, como Chamonix o los Pirineos.
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Turismo gastronómico: Francia es cuna de la alta cocina. Degustar un queso camembert en Normandía, un cassoulet en Toulouse o una copa de champán en Reims es casi una obligación.
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Turismo cultural: más de 8.000 museos, festivales de cine, de teatro, de jazz, y una vida cultural vibrante en cada rincón del país.
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Turismo religioso: con lugares como Lourdes, que recibe millones de peregrinos cada año.
Además, el país está muy bien conectado por trenes de alta velocidad (TGV), autobuses, y vuelos regionales, lo que facilita que los viajeros exploren varias regiones en un solo viaje.
Francia y el turismo: una historia antigua
El turismo en Francia no es cosa de ayer. Ya en el siglo XIX, con el auge del ferrocarril, la burguesía europea comenzaba a hacer viajes de placer al sur de Francia, en busca de sol, aire puro y baños termales.
Pero fue en el siglo XX, tras la Segunda Guerra Mundial, cuando el turismo se convirtió en una política de Estado. Se crearon organismos de promoción turística, se invirtió en infraestructuras y se apostó por la conservación del patrimonio. El resultado: un país que supo abrir sus puertas sin perder su esencia.
Hoy en día, el turismo representa alrededor del 7% del PIB francés y da empleo a más de 2 millones de personas. Es uno de los sectores estratégicos de la economía, y una fuente constante de orgullo nacional.
Una anécdota: el turista número 100 millones
En 2023, el gobierno francés anunció su ambicioso objetivo de alcanzar los 100 millones de turistas internacionales anuales. Aunque todavía no se ha llegado oficialmente a esa cifra, un curioso concurso promovido por la oficina de turismo en el aeropuerto Charles de Gaulle “premió” simbólicamente al “turista número 100 millones”, una mujer japonesa que llegaba para su décimo viaje a París. El premio fue nada menos que un recorrido VIP por el país, una cena en la Torre Eiffel y entradas de por vida a varios museos nacionales. ¡Eso sí que es amor por el turismo!
Algunos datos curiosos
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Francia tiene más de 35.000 castillos. ¡Uno para cada dos turistas!
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El país consume unas 30.000 toneladas de caracoles al año, muchos de los cuales se sirven a visitantes curiosos en restaurantes tradicionales.
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La Torre Eiffel, uno de los símbolos del país, iba a ser desmontada en 1910 tras la Exposición Universal de 1889, pero fue salvada por su utilidad como antena de telecomunicaciones.
¿Qué desafíos enfrenta?
Aunque el turismo ha sido una bendición económica, también ha traído desafíos. El sobreturismo en París, el deterioro del patrimonio en zonas muy visitadas, y el impacto ambiental de los viajes aéreos son cuestiones que el país está empezando a abordar con medidas sostenibles y una mejor distribución del flujo turístico.
El objetivo es claro: seguir siendo el país más visitado del mundo, pero sin comprometer su riqueza natural y cultural.
En resumen
Francia no solo lidera el turismo mundial por número, sino por la calidad y diversidad de su oferta. Es un país que combina pasado y presente, campo y ciudad, lujo y tradición. Ya sea que vayas por arte, comida, historia o simplemente por disfrutar de una baguette en una terraza parisina, Francia siempre tiene algo que ofrecerte.
Y tú, ¿ya has estado en el país más visitado del mundo?
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